En nuestro tiempo no es solamente la economía la que está en crisis, es la sociedad entera la que se encuentra en proceso de transformación y cambio.
La crisis de la sociedad nace con el deterioro de la educación, savia que nutre el desarrollo personal y social de todo ser humano.
¿Qué queda dentro de nuestro ser, cuando después de haber pasado toda una vida entera en las aulas, nos damos cuenta de que toda la formación y el supuesto conocimiento recibido y legitimado socialmente, únicamente tiene un valor de cambio perecedero y caduco? ¿Qué recordamos de nuestra experiencia escolar y académica como más valioso para nuestras vidas?
«El objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos y no para ser gobernados por los demás» (Herbert Spencer)
La educación debe potenciar el desarrollo de la conciencia que junto a la comprensión y el compromiso, son las dimensiones estratégicas del aprendizaje.
¿Qué queda dentro de nuestro ser, cuando después de haber pasado toda una vida entera en las aulas, nos damos cuenta de que toda la formación y el supuesto conocimiento recibido y legitimado socialmente, únicamente tiene un valor de cambio perecedero y caduco? ¿Qué recordamos de nuestra experiencia escolar y académica como más valioso para nuestras vidas?
«El objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos y no para ser gobernados por los demás» (Herbert Spencer)
La educación debe potenciar el desarrollo de la conciencia que junto a la comprensión y el compromiso, son las dimensiones estratégicas del aprendizaje.
El capitalismo agresivo y depredador nos ha llevado a una sociedad corrupta.
El deterioro de los valores humanos, la deshumanización y la violencia social; son parte de las características negativas de esta sociedad que nos ha tocado vivir. El consumo compulsivo, la necesidad de tener la mayor cantidad de objetos, para intentar ser más que otras personas. La falta de pensamiento autónomo y crítico; la ausencia de solidaridad entre los seres humanos, son muestras de la crisis de la sociedad contemporánea. Se vive artificialmente en cómodas letras; mientras nuestra vida se nos va de las manos.
Casi nos hemos acostumbrado a la violencia social diaria en sus más diversos matices: apuñalamientos, robos, insultos y agresividad entre ciudadanos; malos tratos contra la mujer, poca educación en las relaciones interpersonales. Es decir, en nuestra sociedad en muchas ocasiones impera la ley de la selva, y, siguiendo nuestro instinto animal de lucha o huída ante situaciones límites, a veces, cada vez se siente menos ganas de salir a la calle, prefiriendo aislarse en la paz interior de la casa, para leer, escribir, ver cine en vídeo, escuchar música, relajarse y sentirse a gusto con uno mismo.
En el contexto actual, en el que todo depende del dinero y del poder; no hay mucho interés en los beneficios de la ética. Si nosotros los humanos seguimos perdiendo el valor de la justicia, la compasión, el apoyo mutuo, la honestidad; en el futuro nos tendremos que enfrentar con más dificultades, videncia y sufrimientos. Hay que intentar, como mínimo, conseguir paso a paso una mejor sociedad basada en la tolerancia, la fraternidad y el respeto mutuo. Comenzando con nuestro entorno familiar, laboral, social, y en consecuencia conseguiremos ser mejores personas y más felices.
Aunque el hombre y la mujer seamos animales racionales evolucionados, podemos intentar ser menos agresivos, frenar nuestros instintos primarios y potenciar‑nuestra paz y felicidad mental, y en consecuencia directa, mejorar la convivencia entre los seres humanos. Sin olvidar que ante este sistema capitalista, estamos en el legítimo derecho de practicar la Acción Directa en defensa de nuestras libertades individuales, nuestra dignidad y nuestros puestos de trabajo.
En estos tiempos el capitalismo mundial, llamado fondo monetario internacional o mundo globalizado, maneja una situación económica general y modula los valores o se cree con este derecho. Pues ha impuesto una demanda material, en la cual no todos pueden acceder pero si tratan de conseguirlo por cualquier medio.
Es el consumismo compulsivo no lógico porque muchos de estos objetos, no son necesarios pero se lo compra, aunque su salario sea mínimo, provocando la perdida de la coherencia de lo primordial en calidad de vida.
El deterioro de los valores sociales, el bajo salario, el desempleo y la necesidad de consumir, en el cual el ingreso siempre es insuficiente para dicha demanda a la larga va a terminar en una violencia familiar y social.
Jóvenes sin posibilidad de estudiar, desempleados, algunos adictos a drogas, buscan el ingreso en el robo, a veces despiadado provocando accidentes y/o muertes sin tener el mínimo arrepentimiento, transformándose en animales en una selva que es la misma sociedad. Por eso debemos tener cuidado y volver al respeto, a la responsabilidad, a la solidaridad y al amor a nuestro prójimo para recuperar una sociedad justa.
fuente: univision foros.

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